9. Para que yo tenga una relación creciente con Jesús, para conocerlo íntimamente, necesitaré sentirme seguro con él.

 
 
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¿Hay formas en que Dios parece peligroso, arriesgado o inseguro? ¿Te hace sentir incómodo?

¿Qué te haría sentir inseguro con Dios?

¿Qué evidencia o idea tienes que te haga creer que Dios está a salvo?

Habla con Dios acerca de tus miedos o ansiedad. ¿Qué sientes que dice Dios?

¿Las relaciones en general te causan ansiedad? ¿Cómo podrían tus relaciones con los demás moldear cómo te sientes con Dios?

Es natural tener algo de ansiedad con respecto a lo que nos sucede cuando morimos. Estas preguntas a veces nos pueden hacer temer a Dios. Y de hecho hay un temor y respeto saludable al Señor. Sin embargo, tal temor es una respuesta solo parcialmente precisa e incompleta a quién es Dios. No es sorprendente que un temor desequilibrado a Dios pueda hacer que una relación con Dios se sienta insegura. Si queremos sentirnos seguros con Dios, tendremos que volver a imaginar nuestra percepción de Él. Aquí es donde nuestro conocimiento de las Escrituras y las historias de Jesús serán invaluables para ayudarnos a comprender y experimentar un Dios con el que es seguro estar, un Dios que no nos hará daño. Para aquellos que fueron heridos por las figuras de autoridad en sus vidas, este cambio de perspectiva puede ser difícil. Para las mujeres que han sido manipuladas y maltratadas por hombres, una imagen masculina de Dios Padre puede sentirse insegura. Sin embargo, mirar la forma en que Jesús trató a los demás puede ayudar a cualquiera que necesite hacer crecer su imagen de Dios como alguien con quien podemos estar seguros. ¿Te has dado cuenta de cómo todos parecen haberse sentido seguros alrededor de Jesús? Tenemos que venir a ese lugar, también. Y, al aprender a escuchar a Jesús hablarnos, lo haremos, asegurándonos que estamos seguros con Él y que Él nunca nos lastimará ni nos manipulará. Llegar a este lugar es esencial para desarrollar una imagen clara y correcta de Dios.