10. Jesús es llamado Salvador, Señor, Maestro y Amigo. Estos títulos me muestran diferentes tipos de relaciones que puedo tener con Dios.

 
 
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¿Cuál de estas cuatro imágenes de Jesús es más a menudo cómo piensas de Dios?

¿Qué imagen te gustaría tener de Dios?

¿En qué imagen sientes que Jesús te está invitando?

Debido a que sabemos que hemos ofendido a Dios y merecemos Su castigo, la mayoría de nosotros comenzamos a caminar con Dios reconociendo nuestro pecado, nuestro quebrantamiento y nuestra necesidad de sanidad y salvación. Como Salvador, Jesús provee esto para nosotros. En nuestro viaje para conocer mejor a Dios, Jesús se convierte en algo más que nuestro Salvador, se convierte en Señor, alguien a quien servimos y obedecemos. La llamada "obediencia ciega" puede ser una etapa saludable en nuestro viaje. Después de todo, es importante confiar y obedecer a Dios, incluso cuando no entendemos las razones de lo que Él nos pide que hagamos. Pero a medida que continuamos creciendo, Dios desea que lleguemos a conocer y entender sus caminos. En esta etapa, a medida que comenzamos a descubrir las verdades relacionales más profundas acerca de Dios, Jesús, a través del Espíritu de Dios, se convierte en nuestro Maestro. Él nos ayuda a entender la verdad que dice que nos dará libertad y vida abundante. Al final de su ministerio terrenal, Jesús llama a sus discípulos sus amigos. Esta "amistad con Dios" también puede ser una etapa en nuestro viaje. La naturaleza cambiante de nuestra relación con Dios es un proceso normal y bueno. En nuestras familias humanas, nos relacionamos con nuestros padres de manera diferente de niños que de adolescentes. Y nuestra relación con nuestros padres siguió cambiando a medida que nos convertimos en adultos. Esto es sano y natural. La etapa en la que nos encontramos en nuestra relación con Dios no es tan importante como la maduración continua de esa relación. El amor de Dios por nosotros no cambia de una fase a la siguiente, porque Dios nos ama por completo en todas las fases. Lo que hace y debería cambiar es la calidad de nuestra relación con Dios.