1. Dios desea profundamente tener una relación personal e íntima conmigo.
(Antes de ver las preguntas a continuación, tómese unos minutos para pensar acerca de esta declaración. Invite a Jesús a que le hable sobre lo que Él desea que note.)
¿Qué palabras usarías para describir la relación que existe actualmente entre tú y Dios?
¿Hay áreas donde te gustaría algo más en tu relación con Dios? Nómbralos.
¿Cómo te hace sentir pensar que Dios desea estar solo contigo, se deleita en estar contigo y se siente feliz cada vez que le das tiempo?
¿Qué obstáculos impiden que tu relación con Dios crezca?
Dios desea una relación continua y saludable con cada persona. No somos solo parte de un proyecto cósmico que Dios diseñó para llevar a todos al cielo. Dios nos creó para que nosotros, Dios y yo, Dios y tú, pudiéramos disfrutar de una relación significativa y profunda.
Esta relación no depende de objetos espirituales u otras personas. No depende de tu pastor, tu iglesia o incluso de la Biblia. Todos estos pueden ser útiles en su relación con Dios, pero ninguno de ellos es un sustituto de su relación con Dios. Incluso las experiencias de Dios no son lo mismo que una relación con Dios.
Una relación es el espacio entre dos personas. La naturaleza de ese espacio (la salud, la profundidad, el nivel de conciencia, la libertad y el afecto) son solo algunas de las cosas que definen la relación. Los dones, la singularidad, la madurez y la salud de cada individuo contribuirán y ayudarán a crear el espacio relacional.
Las experiencias que comparten dos personas pueden afectar la relación, pero no son la relación. Los sentimientos que tienen entre sí influyen en la relación, pero no son la relación. Las acciones de uno a otro también dan forma a la relación, pero tampoco son la relación.
La relación es el lugar donde recibimos el amor profundo e incondicional de Dios, y donde lo amamos a cambio. El amor solo se puede dar y recibir en una relación, por lo que Dios desea que nos unamos a Él en una relación definida como amorosa, íntima, sana, pura y santa.