11. Encuentro que imaginar la expresión en el rostro de Jesús cuando me mira se comunica mejor que las palabras.

 
 
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(Antes de ver las preguntas a continuación, tómese unos minutos para pensar acerca de esta declaración. Invite a Jesús a que le hable sobre lo que Él desea que note.)

¿Cómo se siente la idea de usar tu imaginación para conectarte con Jesús?


Si usted es reacio, ¿cuál es su miedo o preocupación?


Trate de hablar con Jesús acerca de estas preocupaciones y vea si Él se dirige a ellas.


Experimenta haciéndole a Jesús una pregunta sobre ti. Comience con “Jesús, ¿cómo te sientes con respecto a ... (yo, mi vida, mi trabajo, etc.?) Fíjate si ves Su rostro; note lo que su expresión comunica, incluso si no hay palabras.


Además del tono de voz, nuestro lenguaje corporal comunica gran parte de lo que decimos. Pero, ¿cómo podemos captar las señales del lenguaje corporal de Jesús, ya que Él ya no camina en la tierra? ¿Podría ser esa una de las razones por las que Dios nos dio la imaginación? Jesús se convirtió en uno de nosotros, encarnando, un cuerpo humano como el nuestro.


Creo que con nuestra imaginación podemos vislumbrar cómo se siente Jesús con respecto a nosotros. Usar nuestra imaginación para escuchar a Jesús puede parecer arriesgado o incorrecto para algunas personas. Otros pueden decir que no tienen imaginación. Pero creo que todos tienen una imaginación y que, con pautas, usar esa imaginación para escuchar a Jesús puede ser positivo y útil.


Se ha dicho que si eres capaz de preocuparte (¿y quién no?), Entonces eres capaz de imaginar. Después de todo, preocuparse es simplemente usar nuestra imaginación para inventar los peores escenarios. Es la versión negativa de usar nuestra imaginación para crear arte, diseñar edificios, resolver problemas, etc.


Dios nos dio nuestra imaginación. Es una gran parte de ser humano. Solo tiene sentido que usemos nuestra imaginación en nuestra vida con Dios. Entonces, ¿qué pautas debemos seguir? Si lo que estoy imaginando infla mi ego o sirve a mi autoimagen, probablemente no sea de Dios. También se recomienda precaución cuando la imaginación juega un papel en nuestra vida exterior.


Cuando nuestras acciones afectan a los demás, debemos invitar a la confirmación de los demás sobre lo que hemos imaginado. Sin embargo, en nuestra vida interior, imaginar a Jesús como una persona conversando con nosotros puede hacer que Él y Sus palabras sean más reales.